El plástico nos ahoga: problemática y soluciones

En nuestras últimas Cervezas Verdes hablamos sobre la problemática del plástico y sobre qué podemos hacer para reducir su producción. Estuvo con nosotros Mireia Cebrian, de Greenpeace Barcelona, para hablar de ello.

El plástico se diseñó como un material resistente y duradero que podía sustituir materiales naturales y sin embargo ha acabado siendo el producto de usar y tirar por excelencia y se ha convertido en una auténtica pesadilla para el medioambiente mundial.

La cantidad de plástico acumulado a nivel mundial es tal que, más allá de vertedros y espacios naturales arruinados, se están formando en medio de todos los océanos del planeta, auténticas islas de plástico, del tamaño de países como Francia e incluso mayores. En ellas flotan sopas de plásticos con envases y restos de plástico de diferentes tamaños, causando daños irreparables en la fauna y flora marina. Más preocupante aún son las partículas en las que se fragmenta el plástico –para degradarse tarda décadas o siglos- que acaban suspendidas en el mar –en algunas zonas en mayor densidad que el plancton- e introducidas en la cadena alimentaria.

La idea de que el plástico se recicla y deja de ser un problema no representa realmente la realidad. A nivel mundial solo el 9% se recicla, el 12 % se incinera y el resto acaba en vertederos o en la naturaleza. Pero es que incluso en España, sólo reciclamos el 30% del que consumimos, y estamos entre los mejores de Europa. El problema crece porque los países en desarrollo se apuntan al usar y tirar, a los alimentos preparados, al sobreembasado –que últimamente está llegando a niveles de absurdo, véase la campaña #desnudalafruta-.

La espiral de locura del plástico requiere soluciones a nivel global y a nivel local. ONGs globales como Greenpeace están trabajando fuerte con campañas como movimiento global Break Free From Plastic en el que cientos de ONG colaboran por un mundo sin plásticos. Las medidas para poner freno al plástico deben venir tanto de las administraciones como de las opciones diarias de los ciudadanos. Algunos gobiernos como Francia y la India están prohibiendo por ley el uso de plásticos desechables y en la comunidad europea se ha impuesto pagar por las bolsas de plástico de los comercios. Las apuestas de los gobiernos desde luego deben ser mucho más valientes y rápidas, y la reconversión de la industria del plástico no debe venir como una sorpresa. Los gobiernos deben apostar por la I+D para desarrollar bioplásticos biodegradables para el consumo médico y otros imprescindibles. Pero el envasado de plástico debe desfasarse contundentemente y desde ya.

¿Y qué podemos hacer como consumidores? Poco a poco existen más posibilidades en el mercado para ayudarnos a reducir nuestro consumo de plástico: bolsas de tela, mayas reutilizables, tiendas a granel –incluso para para detergentes y cosméticos, como la franquicia Goccia Verde. Y por supuesto, volver a los tradicionales sistemas de recogida y reutilización de envases, que además crean empleos locales.

Vivir sin plástico puede parecer una proeza inalcanzable pero debemos empezar a crear hábitos. En realidad, todas las alternativas están inventadas, ya que el plástico en los envases no tiene más de 70 años. Debemos presionar a gobiernos y empresas para girar hacía una estrategia racional para los envases, buscar las alternativas y cuando no, el reutilizado y en último caso el reciclado. Y en genera, necesitamos hacer un giro a una economía circular en la que solo se produzcan residuos que sean materia prima para otra actividad.

Y de economía circular hablaremos en las próximas Cervezas Verdes de Equo. ¡Os esperamos!

Equo Cataluña